miércoles, 30 de septiembre de 2009

El ABCdario de la posible Ambivalencia (L)

"L" de Libertad o Libertinaje:


En la actualidad se habla que cada uno es libre de hacer, decir y/o elegir lo que quiera. Será que eso de "lo que quiera" ¿es realmente libertad o libertinaje?

Se habla con mucho señorío que la libertad es propio del libre albedrio. Imaginemos que con toda la libertad del mundo la humanidad decide atender lo único que le interesa, o mejor dicho lo que más le parezca o convenga. Ejemplos: "tengo ganas de tomarme un litro de aceite para carro para saber si da acidez", "se me antoja no ir a trabajar hoy porque tengo mucha pereza", "tengo ganas de despedir a alguien que me caiga mal", etc. ¿Es esto realmente libertad o libertinaje?

Según el diccionario de la real academia española: libertinaje es un desenfreno en las obras o en las palabras, entonces no sería cuestión de lo que me plazca ¿O sí?. Charles A. Sainte-Beuve propuso que "demasiado libertinaje en la juventud seca el corazón", Otto von Bismark sugirió que "la libertad es un lujo que no todos pueden permitirse".

Por lo tanto, si no puedo hacer lo que me plazca, significa que ¿soy esclavo de las normas morales, sociales y/o legales? De ser así, es notoriamente claro que no existe libertad como tal, o simplemente es así como quiero ver la limitación de mi desenfreno. Una vez más propongo que: si el fundamento de mis potencias manifestadas en actos son los llamados caprichos, soy libre o me hace esclavo de mi mismo.

Propongo ésta premisa, dado que se dice que las normas no me dejan ser libre, pues replanteo a la inversa, será que soy libre de mis caprichos o esclavo de ellos. Los medios hablan de libertad de expresión, las sociedades reprimidas hablan de libertad, los jóvenes exigen se respete su libertad, el mundo habla de libertad, pero en realidad ¿Se referirán a la misma?

"La libertad consiste en poder hacer lo que se debe hacer" - Montesquieu

El ABCdario de la posible Ambivalencia (K)

"K" de Kerigma o Karma:
  1. Kerigma: Contenido sustancial de la buena nueva de salvación, la muerte y resurrección de Cristo, fundamento de la fe cristiana.
  2. Karma: En otras creencias, fuerza espiritual.
El ser humano o ente intelectivo busca la orietación en definiciones o conceptos propuestos por pensadores, eruditos, poetas, etc. Toda religión propone la presencia de un ser supremo y otras corrientes sugieren una fuerza espiritual (no necesariamente un ser).
El contenido sustancial de las palabras de un ser (kerigma) toman más fuerza dado que hubo, hay testigos, y se seguirá divulgando dichas palabras, las cuales, no proponen un mal sino todo lo contrario, un bienester en la persona pero con una proyección hacia los demás. Entíendase esto como la realización de obras como manifestación de amor y no llanamente como una satisfacción personal o egoísta.

Por otro lado, quienes proponen fuerzas, se resisten muchas veces en otorgarle a un ente dicha emanación de fuerza. Comprendiéndose esto, como una simple espontaneidad o surgimiento de "la nada" pero que sí existe (karma). Así mismo, si se le asigna a un ente dicha fuerza, no es más que un ente común y corriente. Por lo que al acto de ser se le titula karma

¿Cómo es posible que se pueda creer en el karma o en el kerigma, si las bases de dichas posturas estriban en ideas? o bien, ¿Hay evidencias de ambas propuestas?, ¿Si las hay?, entonces ¿Por qué se actua de forma irracional?
Recordemos que a pesar de cualquiera de las propuestas que se quiera aceptar ambas proponen actuar con una realidad y bondad.

"Una creencia no es simplemente una idea que la mente posee, es una idea que posee a la mente" - Robert Bolt

domingo, 27 de septiembre de 2009

El ABCdario de la posible Ambivalencia (J)

"J" de Jurar o Jugar:

"Pero sea vuestro hablar: Sí, sí; no, no; porque lo que es más de esto, de mal procede."

Mateo 5:37 (Reina-Valera 1960)

No es necesario convertir esto en un púlpito ni en una discusión de doctrina cristiana, pero al leer al evangelista, surge una pregunta ¿Por qué no deberíamos
jurar?

No da lo mismo decir "no tomé la cigarrera" que gritar "¡Juro por mi madre que no robé la cigarrera!" Al jurar, lo que afirmamos adquiere valor extra, una garantía de que lo que decimos es verdad. Esto funciona más o menos como una hipoteca. Si solicitamos un crédito hipotecario al banco, debemos gravar algún bien sujetándolo al cumplimiento de nuestras obligaciones. Además debemos garantizar con nuestro
récord de crédito que podremos pagar el préstamo. Si no cumplimos la obligación adquirida, el banco se queda con el bien hipotecado y nuestro récord de crédito queda manchado. De igual forma, cuando juramos, sujetamos un bien a nuestras palabras, agregando además una garantía. En el caso de la cigarrera, la integridad y salud de la madre y la omnisciencia de un dios.

¿Cuál es el verdadero valor de un juramento? Podríamos pensar que al jurar, en realidad jugamos. Después de todo, los dioses, aunque sean omniscientes, son malos testigos. No se puede obligar a un dios a testificar ni a presentarse a un juicio, ni se le puede pedir que garantice la veracidad de nuestras palabras, porque no hay forma de preguntarle lo que piensa. Además, no se le puede amenazar con multas o cárcel. Si jurásemos por un bien, por ejemplo nuestra vida, no existiría un mecanismo para quitarnos la vida después de haber jurado. Nada garantiza que de fallar a nuestro juramento perderíamos la vida. Digo, difícilmente alguien se quitaría la vida por mentir, y muy pocos estarían dispuestos a quitársela a un mentiroso ¿De qué sirve, entonces, que alguien jure si en realidad está jugando?

Al argumentar, los juramentos pierden su valor. Al fin y al cabo, un juramento no garantiza nada, ni hace verdadero lo que se dice. Sería mejor ahorrarnos las palabras y hablar claramente, sin ambigüedades, sin apelar a un dios, a los sentimientos o a garantías sin valor.

jueves, 24 de septiembre de 2009

El ABCdario de la posible Ambivalencia (I)

"I" de Inocencia o Inconsciencia:
  1. Inocencia: estado del alma limpia de culpa / Inocente: libre de culpa
  2. Inconsciencia: Dicho o hecho inrreflexivo, imprudentes /Incosciente: que no se da cuenta del alcance de sus actos

Por qué razón una persona es capaz de perder su inocencia, o bien, es un inconsciente. Una persona es consciente de sus actos o palabras y por lo tanto puede considerarse que su estado anímico está limpio. Empero, cuando agrede verbalmente o físicamente a otro, con toda la premeditación, alevosía y ventaja, no necesariamente está siendo prudente.

Es muy fácil fingir el no darse cuenta de lo que se hace o dice, por otro lado, el hecho de ser prudente, también puede permitir el mal uso del lenguaje para comunicar algo. Ejemplo: "prefiero no platicar con dicha persona porque no me llevo con ella" se dijo nada, pero se ha dado a entender algo probablemente. ¿Se está conciente de las palabras utilizadas cuando se expresa el ente?

Hay ocasiones que las personas son inconscientes de su forma de actuar, por ejemplo las falsas promesas, o falsos ofrecimientos, etc. Con el propósito de no querer quedar mal con alguien se adquieren compromisos que tal vez no se puedan atender, o simplemente dejar de cumplir.

Pero qué se piensa de aquello que dijo Chamfort: "la modestia es la más inocente de las mentiras". ¿Será posible que seamos inconscientes de ésto? o es cuestión de aprovecharse de la verdadera inocencia de los demás. Victor Hugo propuso a la conciencia como "la presencia de Dios en el hombre". Significa ésto último, que ¿el inconciente carece de la presencia de Dios o de un Ser Supremo? o simplemente ¿no se da o quiere dar cuenta?

"Son los inocentes y no los sabios los que resuelven las cuestiones difíciles" - Pío Baroja

miércoles, 23 de septiembre de 2009

El ABCdario de la posible Ambivalencia (H)

"H" de Honrar u Horrorizar:

Hay una pequeña historia en la que un Rey tenía tres hijas y a cada una le preguntó cuánto lo quierian como padre. La primera respondió como el total de estrellas que hay en el firmamento, la segunda le indicó que como el verde de la naturaleza y la última le dijo que como la sal. El rey al escuchar a la tercera y más pequeña le causó tal horror y deshonra dicha comparación, que desterró a su propia hija por tal insulto y sin recibir tan siquiera una explicación de tan indecoroso cumplido.

Con el tiempo ésta muchacha conoció a un príncipe con el que contrajo nupcias y para celebrar, se decidió invitar a todos los reinos a un banquete. Como el príncipe conocia la razón del destierro de su futura esposa, éste decidió que toda la comida se serviría sin sal.

Al llegar el día de la celebración de dicho acontecimiento, después de todos los protocolos, se invita a toda la concurrencia a que pase al gran comedor. Se sirve la comida y uno de los invitados (el padre de la esposa) se indigna y comenta lo siguiente; "Cómo es posible que en un reino con tanta riqueza no se pueda disponer de sal para darle sabor y sazón a la comida, es algo indispensable en la vida". Acto seguido la hija se pone de pie y le dice a su padre: "Padre mío, ¿será que ahora puedes comprender lo honrada que me siento y lo mucho que te quiero por ser tu hija?".

Hay ocasiones en las que nos horrorizamos por escuchar comentarios, ver situaciones, o criticar momentos, sólo por el hecho que pensamos y comprendemos de una forma más subjetiva que objetiva. Honrar no es adular, sin embargo el hombre poco virtuosa ansía tal grado de reconocimiento. No se debe olvidar que en la vida no se practica una virtud para obtener honor, o para ser honrado. Tampoco nos corresponde horrorizar con propuestas absurdas y subjetivas para que seamos escuchados, temidos y/o vanagloriados.

Tácito fue claro al decir "En un espíritu corrompido, no cabe el honor". Y la conciencia, ¿Qué papel jugará en cualquiera de los términos propuestos?

"En realidad vivir como hombre significa elegir un blanco, honor, gloria, riqueza, cultura y apuntar hacia él con toda la conducta, pues no ordenar la vida a un fin es señal de gran necedad" - Aristóteles

lunes, 21 de septiembre de 2009

El ABCdario de la posible Ambivalencia (G)

"G" de Generoso o Ganancioso:

  1. Generoso: que obra con magnanimidad y nobleza de ánimo.
  2. Ganancioso: que sale con ganancia de un trato, comercio u otra cosa.

La sociedad ha generado una distorsión de conceptos como los arriba explicados. Entiéndase que ser generoso significa que hay que compartir con el otro para que ambos estén satisfechos o contentos, pero la balanza se inclina hacia un lado y no es ecuánime.


Por ejemplo: si dos entes buscan un mismo bien en proporciones diferentes (uno un 60% y otro un 50%) y sólo existe una unidad de ese bien, lo más próximo a suceder es el regateo o la negociación. Si la parte que busca el 60% cede su 10% de más, lo probable será que nos demos cuenta de lo generoso que es. Sin embargo la otra parte no cedió nada y por lo mismo salió ganancioso. De suceder lo contrario, se aplican las respectivas cualificaciones. Es decir el primero sería el ganancioso y el segundo generoso.

¿Realmente existirá la persona totalmente generoso que no busque ganancia alguna? Porque lo que es más que evidente es el que existan personas gananciosas sin tan siquiera tener un poco de generosidad. Ésto último es dado a que la codicia puede ser la piedra angular de sus propósitos. Recordemos el viejo refrán: "A río revuelto, ganancia de pescadores".

Arthur Graf dijo una vez que: "la vida es un negocio en el que no se obtiene una ganancia que no vaya acompañada de una pérdida". Pero recordemos que en una negociación ambas partes ganan y, por lo tanto, ninguna pierde. ¿Será la misma generosidad la que propicie esa ganancia?

"Sé justo antes de ser generoso, se humano antes de ser justo" - Cecilia Bohl de Faber

jueves, 17 de septiembre de 2009

El ABCdario de la posible Ambivalencia (F)

"F" de Felicidad o Fantasia:

  1. Felicidad: Estado del ánimo que se complace en la posesión de un bien.
  2. Fantasía: Facultad que tiene el ánimo de reproducir por medio de imágenes las cosas pasadas o lejanas, de representar las ideales en forma sensible o de idealizar las reales.
  3. Ánimo: Alma o espíritu en cuanto es principio de la actividad humana.


El ser humano se caracteriza por su singularidad, apertura y autonomía. Sin embargo dichas caractarístas no le restan o quitan la subjetividad propia, la cual, es la que permite que se formulen necesidades, ideas, pensamientos, temores, alegrías, etc.

Sin lugar a dudas la felicidad es el estado idóneo del ser sin tener una leve idea de cómo es, por lo que no le queda mas que: fantasear, idealizar y proponer cuál o cuáles pueden ser las manifestaciones de dicho estado.

Immanuel Kant proponía que "la felicidad no es un ideal de la razón, sino de la imaginación" por el otro lado, Voltaire indicaba que "buscamos la felicidad, pero sin saber dónde" y por último Aristóteles dijo que "Sólo hay felicidad donde hay virtud y esfuerzo serio, pues la vida no es un juego"

El estado anímico o del alma ¿Se encarga de llevarnos al acto de poseer ideas racionales acerca de la felicidad o al acto de idealizar fantasías (mitos, leyendas, deseos, cuentos de hadas, etc.)? o ¿viceversa?

"El loco no puede reincorporarse a la realidad, está permanentemente viviendo su fantasía." - Carlos Castilla del Pino

miércoles, 16 de septiembre de 2009

El ABCdario de la posible Ambivalencia (E)

"E" de Encarar o Evadir:

Encarar es hacerle frente a una dificultad, problema, etc. La cuestión es, si el ser pensante dispone de la fortaleza y la voluntad para hacerlo. Muchas veces se prefiere evadir para desentenderse de una situación, preocupación o inquietud.

Situémonos y quedemos claros que el ser pensante actua con premeditación en cada acto. Por otro lado, no está dispuesto a encarar situaciones o escenario que puedan provocarle incomodidades e incluso evadirá dichos campos.

Si el fundamento del actuar humano gira en torno a la rectitud de lo que es ser un ente pensante, no habría razón para evadir, sería cuestión de encarar todo y de una manera voluntariosa aquellas premisas, aquellos campos de acción y/o escenarios en los que el hombre ha querido estar, se encuentra por casualidad o causalidad.

"Si vis pacem, para bellum" - Julio César

sábado, 12 de septiembre de 2009

El ABCdario de la posible Ambivalencia (D)

"D" de Deber o Desobediencia:

Se entiende por deber todo aquello que corresponde ser atendido y sin lugar a dudas se convierte en una obligación natural y moral. El hecho de estar cualificado como una tarea obligatoria, no significa estár privado de libertad para elegir, sino todo lo contrario, recae en la praxis y/o acción de actuar para lo que es.

Por otro lado, la desobediencia es una resistencia pacífica a exigencias o mandatos por alguna fuerza o régimen propio del hombre y no de la naturaleza misma. Empero, el hecho de no querer acatar alguna disposición concreta y que vaya en contra de la naturaleza del hombre no significa que se pueda estár actuando libertinamente.

Por ejemplo, se habla de "desobediencia civil", "si quieres paz, prepárate para la guerra", "no hay mal que por bien no venga". Victor Hugo propuso en una ocasión que "todo poder es un deber" por lo tanto, no debería tan siquiera considerarse el utilizar expresiones como las anteriores.

Si estamos claros del significado del deber y de la desobediencia, ¿por qué razón la subjetividad del ser pensante vuelve a intervenir para propiciar desorden, caos, controversia, la misma desobediencia, temores, etc.?

"En muchos casos hacemos por vanidad o por miedo, lo que haríamos por deber". - Concepción Arenal

domingo, 6 de septiembre de 2009

El ABCdario de la posible Ambivalencia (C)

"C" de Conciencia o Conveniencia:


Conciencia: 1. f. Propiedad del espíritu humano de reconocerse en sus atributos esenciales y en todas las modificaciones que en sí mismo experimenta./2. f. Conocimiento interior del bien y del mal./3. f. Conocimiento reflexivo de las cosas./4. f. Actividad mental a la que solo puede tener acceso el propio sujeto./5. f. Psicol. Acto psíquico por el que un sujeto se percibe a sí mismo en el mundo.

Conveniencia: 1. f. Correlación y conformidad entre dos cosas distintas./2. f. Utilidad, provecho./ 3. f. Ajuste, concierto y convenio./4. f. Acomodo de alguien para servir.

Es impresionante conocer, darse cuenta e incluso saber que una persona esté conciente que actua por conveniencia. O ¿es factible decir que conviene actuar concientemente?
Jean Paul Sartre proponía que "la conciencia sólo puede existir de una manera, y es teniendo conciencia de que existe". Empero, hay personas que aun así no son concientes de sus actos y por lo mismo actuan según les convenga, sabiendo que la conciencia misma les pueda indicar lo contrario o bien, no quieren hacer uso de ella. ¿Cuál es el argumento que sustente que se debe actuar según convenga o lo que dicte la conciencia?.

"Una buena conciencia no teme a ningún testigo" - Lucio Anneo Séneca

jueves, 3 de septiembre de 2009

El ABCdario de la posible Ambivalencia (B)


"B" de Bondad o Bellum:


La Bondad de la persona tiende a ser el que no hago cosas malas. Segun el DRAE la bondad es: "cualidad de bueno, natural inclinación a hacer el bien". Ahora bien, bellum propone la existencia de la expresión "jus ad bellum" (guerra justa). Nuevamente apoyándome en el DRAE con la definición de guerra ("desaveniencia y rompimiento de la paz entre dos o más potencias o personas").


Significa que ¿el fin justifica los medios?. Será que para tener paz ¿debemos pasar por la guerra?, para que impere la bondad ¿habrá que erradicar el concepto y el acto de bellum? y ¿de qué manera?

martes, 1 de septiembre de 2009

El ABCdario de la posible Ambivalencia (A)


"A" de Aborto o Abstinencia:


Se habla mucho del aborto como solución a la falta de experiencia como progenitores, de la poca responsabilidad para ser padre o madre, corrección de error biológica, etc. Sin duda, el restarle importancia a un SER y tratarlo como que fuera algo desechable es el resultado del permisivismo, poco educación, escueta formación y tibieza social.


¿Será que la solución a dicha "supuesta problemática" puede ser tan simple como lo es la Abstinencia? Porque de ser así, no hay porqué darle más enfoques absurdos al tema. Dejemos a un lado el o los argumento(s) empobrecido(s) tales como: "es natural", "es normal", "es legal", etc. Hablamos de una VIDA no sólamente de un saco de órganos, cartílagos, huesos.